Capítulo 2

"No olvides nunca que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos."
O. K. Bernhardt

-¿A qué hora me recogerán?
-¿Lo dices enserio?
-Pues sí, para que veas que no soy tan aburrida como piensas, amiga
-Que bien, te aseguro que te divertirás en grande, pasamos a las 8 por ti
-Gracias Georg, Alice tiene mi dirección
-Entonces nos vemos
-Hasta luego
-Adiós Bianca nos vemos esta noche
-Si claro –Esforzaste una sonrisa.

Apenas se fueron llego mi tía agarré mi bolso y me dispuse a cruzar la calle, salí corriendo hacia la puerta principal tanta era mi emoción que ni me di cuenta de por dónde iba así que tropecé con alguien…

-¿Bianca? De verdad eres Tú, ¿Me recuerdas soy Bill Kaulitz?–Enseguida te agachaste a recoger tus cosas.
-¡Oohh! Bill cuanto lo siento… te lo juro… no era mi intención…venia corriendo… y no te vi perdón –Desesperadamente recogías todo a tu alcance.
-No es nada mas bien fue culpa mía, venia distraído –Bill también levantaba sus libros.
-Discúlpame si soy algo torpe –Tus mejillas estaban rojas.
-Tranquila yo soy muy torpe… pero es una sorpresa toparme así contigo no nos veíamos desde hace años –Lo miraste mientras él te sonreía.

[¡Piiiip Piiiip!] El claxon del auto de tu tía sonaba pero no lo tomaste en cuenta.

-Es cierto… 5 años para ser exactos –Te levantaste.
-No sabes la alegría que tengo por volver a verte –Tomó tu mano.
-Amm… si es… muy… bueno que seamos… compañeros…(Hay dios pero que estoy diciendo, debo calmarme) –Pensé. Disculpa Bill pero mi tía me está esperando
-Es una lástima me hubiese gustado tanto platicar contigo
-Amm… ósea si pero… Su… Supongo que otro día será –Bill acariciaba tu mano mientras sonreía.
-Bueno entonces nos veremos luego –En ese momento levantó tu mano y la besó. Adiós Bianca.
-Adiós… -Aquella acción te dejó paralizada y tus mejillas se sonrojaron.
[¡Piiiip Piiiip!]
-¡Ya voy Tía! –Entraste al auto corriendo, y este enseguida arrancó.
-¡¿Con quién estabas hablando?!
-Buenas Tardes Tía Helena –Bajaste la cabeza.
-¡¿Con quién estabas hablando Bianca?! Dímelo ahora
-¿Pues recuerdas a Simone Kaulitz?
-Si niña, es de mis mejores amigas ¿Por qué?
-Pues ese chico era Bill Kaulitz Trümper, su hijo.
-El pequeño Billy, pero como a crecido, debo admitir que está bastante guapo, me gusta para ti.
-Si tú lo dices
-Claro que si, además es de buena familia, sus padres son de los mejores socios que tenemos.
-Tía perdón, pero ¿Por qué decidiste recogerme hoy?
-Quiero que me acompañes a la joyería
-Tía Helena, ¿Acaso irás a una fiesta?
-Pues sí, pero no te preocupes aunque no vayas te compraré algo lindo.
-¿Y mi padre irá contigo?
-No, él tuvo que irse de urgencia a Los Ángeles por un viaje de negocios
-¿Mi padre aún no ha llegado de su viaje de negocios?
-¡Ya basta! Bianca no me seas insolente, te he dicho que no me gusta que me interroguen
-Discúlpame Tía no era mi intención –Inmediatamente sonreíste y el carro frenó.
-Bueno ahora ayúdame a escoger

Entraron y como siempre la dueña las atendió, era una tienda súper elegante, por todos lados resplandecían los diamantes, las vitrinas con hermosas piezas de oro plata y muchas más pero ya nada llamaba la atención de Bianca, estaba tan harta de tantas cosas materiales sin importancia, sin sentido, mientras su tía se probaba un hermoso collar ella caminó por la tienda, ponía su rostro sobre los vidrios, miraba la complejidad de los tallados que tenían las joyas.

-¡Bianca ven y mira esto!
-Enseguida voy –Al levantarse se dio cuenta de una extraña silueta al otro lado de la ventana que la observaba cuidadosamente, parecía analizar sus movimientos, Bianca esforzó su vista, y tan solo alcanzó a reconocer unos hermosos ojos claros, más brillantes incluso que los mismos diamantes, era un hombre pero desapareció al instante que ella se percató.
-¡Apúrate niña!
-¿Qué pasó? –Mientras seguía caminando y de vez en cuanto volteaba a ver si el misterioso hombre de la ventana la seguía observando.
-Te gusta esta –Preguntó tu Tía.
-Es un collar bañado en oro blanco con ese diamante en forma de estrella color negro –Dijo la vendedora.
-¡En verdad esta precioso tía, se te verá muy lindo! (¿Dónde estás?) –Pensaba.
-Lo sé, pero es demasiado juvenil, sé que se te verá mejor a ti, y ya sabes lo que dice tu padre, “Debes tener solo lo mejor”
-¡Enserio! ¡Me encanta gracias!
-Déjeme le ayudo señorita

Te diste la vuelta para que la señorita te lo abrochara y al hacerlo te diste cuenta que detrás de una de las ventanas apareció de nuevo la silueta pero esta vez no estaba sola, eran dos personas, te asustaste mas, al ver que aquel joven de los ojos hermosos guardaba una pistola en su pantalón, y cubría su rostro por completo.

-Son ladrones –Dijo con voz suave.
-Hermosa, sencillamente hermosa me lo llevo
-Tía ¿Ya nos vamos?
-Dame un momento cariño
-Tía Helena debemos irnos de aquí ¡Ahora! –La tomaste fuertemente por los hombros.
-¿Te has vuelto loca? Compórtate Bianca, por favor envuélvamelo junto con las demás joyas
-Debes creerme, estamos en peligro y debemos salir de la tienda –Cada vez sonabas más alterada.
-Me estas colmando la paciencia, además la gente nos está viendo
-No tía mira hacia la puerta ¡Son ladrones! –Bianca hizo que su tía mire hacia la puerta.
-¡Oh Dios mío!...
-Vámonos por favor
-Bianca escúchame bien, debes salir de aquí–Tomó la mano de su sobrina y la llevo a la puerta trasera
-¿Tu que harás? No voy a dejarte aquí
-El chofer está afuera él te ayudará, ve por la policía…

Helena trató de abrir la puerta pero al hacerlo se topó con un hombre armado, él hizo que ambas regresen al interior de la tienda, cada vez más asustadas, más impotentes ante una situación que era totalmente desconocida para una chica como Bianca…

-Señor le pido que se calme…
-¡Cállate¡ ¡Al suelo todos, rápido al suelo!

Las personas gritaron fuertemente y uno de los hombres disparó al aire, todo pasaba rápido Bianca sentía que el aire le faltaba una opresión en el pecho le hacía mas y mas difícil mantenerse en pie, su tía trataba de mantenerse serena y calmada.

By Helena

Bianca se está poniendo mal, ella no resistirá mucho, su enfermedad ya la ha privado de muchas cosas, su padre no la deja salir por miedo a situaciones como esta, y si algo le pasa me matará a mi también.

-Tranquila Bianca, se fuerte, saldremos de esta te lo prometo
-Tía siento que algo oprime mi pecho, no puedo respirar –Bianca cada vez iba cayendo al suelo, lentamente y su pulso iba disminuyendo con cada segundo que pasaba.
-¡Pon todo el dinero en el maletín rápido!

Uno de los ladrones estaba en el cajero amenazando con un arma, otros dos estaban en la puerta vigilando, y los cuatro restantes tomando todo lo que podían.

-Voy a crear una distracción y tú saldrás de aquí
-No eso es peligroso
-¡Lo harás!

Cuando la situación se ponía cada vez más tensa Helena se levanto y trató de salir, pero un hombre la capturó, ella comenzó a gritar, pronto dos hombres mas fueron a tratar de controlarla, lo que te dio la oportunidad de salir, pero al abrir la puerta…

To be Continued...